domingo, 1 de julio de 2012

El acto que revela


Las anteojeras de  un pasado no muy lejano, te hacían pensar que las complejidades de la realidad te impedían hacer un análisis medianamente acertado sobre alguna situación en particular que incluya intereses de diversos sectores.
Claro,  estas  anteojeras no eran mas que las informaciones que el poder político y económico se encargaban de instaurar, y estas complejidades encontraban fundamentos solo en el compromiso mutuo de no alterar un orden histórico establecido.
La cosa  hace unos 9 años ha cambiado, la separación entre cierto poder económico del  político ha dejado al descubierto las intenciones de uno y de otro. Por ejemplo en  marzo de 2008, tiempo en que el campo cortaba las rutas y sus batallas las libraba en los titulares provocando un amor contagioso por la soja, aun sobre aquellos que pensaban que se trataba de una planta de milanesas con sabor a nada.
Hace unos días, algunos medios, ya desnudos ante la sociedad, han intentado contagiar a la sociedad con un tema que jamás les importó, de la misma manera que hicieron hace 4 años. La jugada fue en vano.
Sectores de lo mas antidemocráticos y populares, simularon sentirse liderados por un dirigente sindical, que mas que reclamar por el impuesto a las ganancias, pasaba facturas por bancas legislativas que solo puede conseguir mediante la extorsión.
Agitando fantasmas en los días previos intentó seducir a sectores con conciencia popular y democrática, pero su baja credibilidad  provocó que solo se  le pegaran  personas y grupos a quienes luego llamo bichos, a pesar de esta categorización  los recibió en su devaluado acto.
Una porción de lo más rancio del sindicalismo se hizo presente en la plaza de mayo, y compartió escenario con quienes, hoy saben que el apoyo que suponían,  se diluyo y quedó reducido a una cuarta parte de lo que  su falsa conciencia de líderes le indicaban.
La historia suele sorprenderte, aun mas cuando autores se animan a romper moldes de manual y cuentan lo que no era conveniente para los jefes de la pluma del pasado.

Este presente te permite poner blanco sobre negro,  y es un blanco muy blanco, sobre un negro muy negro y quienes la vivimos a diario deberemos encargarnos de nadie se adueñe de la pluma que distorsiona.