domingo, 24 de noviembre de 2013

La Partida del Gran Patriota.


Solo algunos días faltan para que Guillermo Moreno deje su cargo en la Secretaria de Comercio Interior. Para ser mas preciso,  7 días, una semana. El lunes 2 ya no ocupará ese lugar en el  Ministerio de Economía.
Apenas leí que Moreno presentó la renuncia, pensé en cuantos Secretarios de Comercio o cargo similares habían obtenido  tanta relevancia pública. La respuesta, posiblemente fruto de mi ignorancia, fue, ninguno. No creo que el resultado sea azaroso. Brota de la exposición  negativa que se hizo del  Supersecretario,  por pararse de manos ante quienes estaban acostumbrados que les sirvan el café, mientras enumeraban peticiones. No hablo de personas, sino de sectores.
Han intentado todo, hurgaron hasta por debajo de las piedras en busca de elementos que manchen el buen nombre del hombre en cuestión, pero no encontraron nada, solo una declaración jurada que responde al fruto de su laburo y con bienes que no representan un haber económico desproporcional a su cargo.
No es casual toda la operación de desprestigio hacia un militante peronista de la vieja guardia. Se encontraron con un hombre con algunos puntos en claro y que los puso en práctica, en la medida que su cargo se lo permitía, bajo la órbita del  Ex Presidente Nestor Kirchner y la actual primer mandataria Cristina Fernández de Kirchner.
La defensa del poder de consumo de las clases populares, de los que menos tienen.
Trabajar por  el crecimiento de la industria nacional con el fin de lograr un desarrollo económico sustentable, en función de la generación de empleo.
Elevar el ingreso del trabajador, no solo para mejorar la calidad de vida, sino que, dentro de una cadena productiva, se lograría un desarrollo paralelo en todos los sectores.
La defensa de productos nacionales, bajo un titulo que nació prácticamente con el mismo capitalismo seguido por el imperialismo, la sustitución de importaciones.
Claro que la economía no es mi especialidad, en realidad no sé si tengo una, pero a vuelo de canario, puedo decir  que Guillermo Moreno ha trabajado en función, al menos, de esas variables  y seguramente de muchas mas.
Pues, entonces al mejor estilo de una señora mayor y recoleta,  fueron para el lado de los modos. Resulta que los buenos modales se impondrían antes la lucha que necesariamente había que emprender con empresas extranjeras y propias, que a cualquier precio buscarían una mayor rentabilidad.
Los mismo sectores que a patadas han sacado ministros y presidentes, se quejaban por lo bajo que el Secretario tenia modales no propios de la talla del cargo. Claro, la percha me miden siempre es la ajena, porque les chupa un huevo y la mitad  del otro, cuando en defensa de sus intereses se llevan puestos lo que sea, incluso a la democracia de ser necesario.
Hace unos días, Alejandro Fantino en su programa radial abrió el micrófono a los oyentes y  se sorprendió cuando de 12 personas que sacó al aire, 8 avalaban la gestión de Guillermo Moreno. Es que pequeñas, medianas y grandes empresas que producen bienes, quiero decir productos tangibles, en nuestro país, se han visto favorecidas por la política económica de esta ultima década en la que uno de los protagonistas  es el Secretario endemonizado mediáticamente.
Se han cometido errores? Si.  De lo contrario el escenario económico actual sería diferente, a pesar de que no es malo,  tampoco  es el óptimo y sobre éste, influyen variables que no solo dependen del mercado interno, sino también del contexto internacional.

La partida del actual Secretario de Comercio Interior, genera un sentimiento de desprotección en aquellos que, cuando hacemos las compras vemos precios que realmente están congelados o la leyenda “Para Todos” antes la etiqueta de un producto.
 No digo esto en desmerecimiento de los que ahora encabezan el ministerio o de quien ocupará el cargo en la Secretaria, ya que es imposible evaluar una gestión que aun no comenzó. Pero de un tiempo a esta parte, sabíamos que en una oficina del ministerio mas importante de nuestro país, había un tipo que se pelearía con quién sea, de la manera que sea para mantener la capacidad de consumo de la clase trabajadora y en paralelo defendería la producción local.

domingo, 3 de noviembre de 2013

Libertad de Presión e Impresión.



Hace unos días que venimos escuchando quejas sobre la libertad  e incluso alguien argumentó que pasaría a la clandestinidad por decir lo que piensa. Si, pasar a la clandestinidad diciendo lo que piensa en el programa  periodístico  mas visto de la tv argentina.
Hubieron otros, que en organismos internacionales, denunciaron la falta de libertad de expresión, aun cuando dicen que pueden escribir lo que piensan,  pero que no lo hacen de una manera tranquila, a qué se refiere Morales Sola con esto? No lo sé, primero habría que saber qué  es la intranquilidad que siente cuando en los medios que trabaja puede decir o escribir lo que piensa.
Claro está,  que la libertad absoluta no existe, y me atrevería a decir que tampoco se conoce. Acaso alguien puede explicar que es la libertad absoluta? Creo que no. Si,  se podría hablar sobre cómo se ejerce esa sensación de libertad y cuáles son los limites que el contexto impone, si impone.
En esta parte de la historia, el contexto brinda una cuota de libertad mucho mas amplia que otros momentos y no hablo de los setenta, sino  de hace 10 o 15 años.
El problema radica, en que quienes manejaban el monopolio discursivo indiscutible en los últimos 30 años en nuestro país,  no estaban acostumbrados a que alguien les retruque sus exposiciones. 
La idea de que la libertad de expresión está en peligro,  nace a partir de que una parte de la sociedad,  e incluso funcionarios,  se atrevan a confrontar a quienes se consideraron por mucho tiempo plumas intocables en la redacción de la historia argentina.
Alguna vez en una sobre mesa, salió el tema del periodismo ombligo , en el que solo una voz se reproduce con fuerza en la mayoría de los medios y de otros sectores solo hay como respuesta el silencio o acciones en función a lo que las estrellas periodísticas dicen.
Resulta que, de un tiempo a esta parte la cosa no es tan así. Los sectores dominantes dicen lo que quieren pero encuentran una respuesta, no solo desde el poder político, también del periodismo y una parte de la sociedad. La falta de costumbre al debate real los atemoriza.
Terror sienten cuando un ciudadano de a pie se atreve a discrepar con ellos que se consideran  popes de la palabra escrita y hablada y no solo eso,  sino portadores de una verdad absoluta, única.
Morales Sola dijo que prefiere la condena penal a la social ante las calumnias e injurias. Justo cuando la figura penal en nuestro país en torno a periodismo no existe. A vuelo de pájaro, puedo pensar que le teme a que en algún momento su sello pierda valor, pero si voy apenas un poco mas allá, diría que  desprecia la idea de que un don nadie, alguien que antes le servía el café se atreva de a decirle señor, no estoy de acuerdo con usted.
No hay mucho que decir sobre los titulares que dicen que no hay libertad de expresión o que está en peligro. Tan solo con leerlos pierden consistencia. Pero siempre hay un distraído que piensa que ese cumulo de letras que forma esa oración encuentra su sentido en el coraje.
En nuestro país se difaman e insultan funcionarios e incluso a la Presidenta de La Nación con la misma tranquilidad y libertad con la que publican las insignificancias de la última página del diario.
La falta de libertad que denuncian se traduce en el surgimiento de otras voces. Voces que, aun siendo minoritarias, hacen una construcción de la realidad diferente, una lectura con otros matices, e incluso desnudan y responden a quienes se creían propietarios del relato nacional.
No importa qué canal ves, qué radio escuchas, qué diario lees.  Debemos celebrar que ya no hay un monologo monotemático, que no existe una sola línea de pensamiento que moldea a una sociedad atravesada por los medios distribuidores de información. Debemos celebrar que nos atrevemos a discrepar públicamente con quienes nos relatan los hechos, debemos celebrar que otros medios reflejan lo que sentimos, vivimos y pensamos y si eso no lo encontramos aun, seguramente con la plena aplicación de la ley de medios audiovisuales se pueda encontrar.