Se dice que en el país de los miserables éxitos sistemáticos, existe una ciudad un tanto extraña. Tanto que lidera el federalismo y a su vez este se centra allí.
En la ciudad de los crispados, nadie tiene nombre, todos gozan de una ausencia de identidad ciudadana que los convierte en seres desinteresados por casi absolutamente todo lo que concierne a su coterráneo.
En la ciudad de los crispados, la histeria es la bandera. Todo puede excusarse con tan solo avanzar, sin importar a quien se pisa.
Los habitantes de esa tremenda ciudad, suelen ser personas contradictorias en todo aspecto. Dicen no ser egoístas, pero no ceden un centímetro de nada a no ser que genere algo a su favor.
Dentro de la comunidad de los crispados, hay miles de psicólogos y aun así hacen falta , y no es una suposición , sino que todos los consultorios de estos profesionales están llenos.
Los crispados tienen una base psicológica que llama la atención. Tienen la necesidad de estar enojados. Los crispados siempre cargan malestares en sus mochilas, luchan contra loa buenos días y sonríen solo cuando la ironía se apodera de sus frases.
Los crispados se las saben todas, son sabios, pero desconocen todo los que excede a su gran avenida que separa su ciudad con el resto del país. A los crispados, es muy fácil venderle paquetes turísticos.
En la ciudad de los crispados, no se practica la solidaridad, solo se espera.
En la ciudad de los crispados, no hay prójimos. Solo son millones de unos que se cruzan indefectiblemente con otros que entorpecen su camino.
Los crispados, siempre andan apurados. No importa si tienen tiempo, ellos corren, corren y corren. Corren contra un colectivo que no viene, contra un tren que ya cerró sus puertas y contra mano aun cuando es imposible llegar. El apuro hace de los crispados, gente sin tiempo.
Los crispados creen ser caritativos cuando por temor y prejuicios arrojan una moneda. Pero jamás dejan de simular su sueño para ceder un asiento.
La ciudad de los crispados se distingue por su extensión, su cantidad de habitantes, sus lugares turísticos y exóticos. La ciudad de los crispados, es un lugar soñado , excepto por los crispados.
Los crispados suelen ser ganadores orales, pero su gran mayoría solo hace grandes a unos pocos. Los crispados, compiten salvajemente, no dan puntada sin hilo. Los crispados son capaces de perder cosas invalorables por un poco de dinero.
Los crispados se hacen llamar electorado inteligente, pero no dudan en elegir incapaces para administrar sus fondos. A los crispados, suelen tomarlos por giles.
Los crispados son el centro de su país, ellos miden la sensación de la realidad. Es así, los crispados, no perdonan que aumente el boleto de colectivo y los panchos , pero jamás se preocuparan si algún tema gran importancia, incluso con características muy injustas o inhumanas afecta personas de otras ciudades.
Corporaciones privadas, políticas y públicas trabajan para los crispados. A nadie le conviene que los crispados se crispen por encima de lo normal, aunque para algunos es conveniente hacer de los crispados personas crispadísimas, ya que estos, sin analizar demasiado las situaciones se crispan cada vez mas y actuarían a favor de inescrupulosos intereses.
En la ciudad de los crispados, se mide la virilidad por la extensión temporal de las bocinas. Los crispados bocinean sin cesar. No importa si existe un motivo real , ellos simplemente hacen honor a su condición crispada. Insultan y en la gran mayoría de las veces huyen cuando un crispado de mayor envergadura de crispa.
La ciudad de los crispados, es un lugar hermoso, inigualable. La ciudad de los crispados suele ser alojamiento para los grandes pensadores, artistas, científicos ,docentes etc.
2 comentarios:
muy bueno, eestuve pensando esto mucho tiempo, y la palabra justa es"CRISPADOS". cosa de cuentos
muy bueno paul, sobre todo porque demuestra que la mirada profunda de la sociedad nos revela muchas cosas de nosotros mismos, un abrazo grande!
marcos
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