domingo, 15 de mayo de 2016

Cascos Verdes


 Nací en el 78, en Bahía Blanca. Si, soy de esos desafortunados que nació en una época horrible y después del mundial. El zodiaco o las apetencias sexuales de mis padres me robaron la jactancia de haber visto a Argentina Campeón del mundo. Hasta los 6 años viví en Alvarado al 600, en un PH viejo y oxidado que alquilábamos a  la inmobiliaria Bataglia.

Un Torino  blanco se estacionó en la puerta. Bajaron dos milicos con sus cascos verdes puestos  a pedir documentos. Sabía que no me molestarían, entendía que no era conmigo, pero aún así salí corriendo. Les tenía miedo, desprecio. Algo en había en ellos que no me gustaba. Yo apenas era un gurrumin de 3 o 4 años.

El turco los recibía amablemente, era el dueño del bar, era su negocio, sabía que si tenía un comportamiento amable,  él y sus clientes no tendrían problemas.

Cómo sería  el cagazo  que les tenía,  que cada vez que estos tipos de verdes caían en el bar  “El Turco”, salía  corriendo despavorido  para mi casa y dejaba la Coca llena, recién abierta. Mi viejo no se movía de su silla, tampoco impedía mi huida. Él se quedaba con sus amigos jugando al truco.

El refugio era mi vieja. Salía del bar, caminaba apenas cinco metros hasta llegar a la puerta del pasillo y luego  corría sin parar  esos 30 metros que separaban mi casa de la vereda.  Localizaba a mi vieja  y me abrazaba a su pierna. Ese era mi refugio. Le contaba que otra vez habían entrado los tipos de verde. Mamá guardaba silencio y me acariciaba la cabeza.
Hoy ya no corro. Pero ando con algo de miedo. No tanto por mí, sino por el conjunto de la sociedad, pues la impronta de esos cascos verdes siempre encuentra la manera de hacerse presente.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo no lo viví asi, en Chivilcoy donde pasé la infancia, mi viejo sin participar en politica , solo con su laburo en un molino y sus estudios primarios, sabía que algo pasaba y me iba tirando algunas puntitas , a mi , un niño, no tuve el temor, si la sensacion de asco a lo militar, mi esposa aqui donde vivimos , en San Francisco Cordoba, donde habia un campo de detención "LA FABRICA MILITAR" vivió una historia similar a la contada y aun hoy siente cuando ve a un uniformado, de cualquier fuerza, esa sensacion,mezcla de miedo y deprecio alli contada.

Javier Y Laura SanFcoCba

Paul dijo...

Gracias por el aporte! Saludos!