Por Pablo Vazquez
Un cacerolazo mas, si la memoria no me falla fue el cuarto.
En el primero fueron unas tibias cacerolas que se hicieron
sentir en Belgrano, Palermo, Recoleta y algún otro barrio. Débiles sonidos
productos del choque entre utensilios de cocina.
Luego el 13 S (13 septiembre) aumentó la participación de ciudadanos,
lo mismo el 8N. Entre éstos tres primeros podemos dar testimonio que la participación
fue mayor comparando uno con otro.
El 18 A (18 abril), no me consta si la participación fue
mayor o menor que el anterior, pero sí, ésta vez fueron un poco más moderados.
Había carteles de molde, supongo difundidos por internet. Otros con mucha
producción y muy pocos que se asemejen a la violencia que expresaban en otras protestas. Claro que había algunos,
pero no eran mayoritarios.
Sí, muchas de las pancartas contenían frases de titulares de
diarios. Los manifestantes se hicieron eco, no solo en éste, sino también en
los anteriores cacerolazos, de consignas vacías conceptualmente, propias de la
estructura de un titular mediático, un video graph etc.
No pretendo con esto, desmerecer o poner en un lugar de
despreciabilidad a ciudadanos que en su justo derecho sale a la calle a
manifestarse, sino a 3 puntos que creo son el origen de ciertos enunciados:
1-
Instalación del Titular: El temario de
grupos mediáticos llega a millones de
habitantes, en diferentes formatos, estilos y géneros. El eje es el mismo. Es claro que en la práctica periodística,
siempre los temas son tratados de manera superficial. Los tiempos y lo formatos
no permiten profundizar demasiado, por cuestiones de tiempo, espacio e
intereses. De aquí resultan consignas, titulares, frases en negrita. La
instalación de la agenda es la primer búsqueda, luego la de frases cortas con
verbos en presente o que representen una cercanía temporal inmediata, luego el
trabajo de repetición hasta lograr que una parte de la ciudadanía se haga eco.
Este eco, tiene el mismo contenido pensado, armado y distribuido por ciertos
medios. He aquí los escritos de algunas de las pancartas que portaban
asistentes del 18A.
Pero tampoco hay que pensar que siempre el
resultado es éste. Me refiero que los tiempos y espacios que los medios tienen
para desarrollar un tema, sino que en base a esas características, las búsqueda
es el vaciamiento, la confusión y la instalación de la distorsión como verdad
única e indiscutible.
2-
La Magnificación y la inexistencia: Otro
punto, muy importante es la
generación de un problema a la audiencia, un problema del que no se tiene
conciencia, un problema que no existe y en todo caso una magnificación tal que a
nivel social genere una postura irracional en cuanto al análisis del tema. La inseguridad podría ser uno, si bien la
inseguridad existe, la repetición y magnificación, hace que personas que no han
sufrido ni un solo hecho delictivo tomen historias particulares, apropiarse de
ellas, sufrirlas y transmitirlas como propias. Este resultado no tiene nada que
ver con la solidaridad al vecino, sino que es el resultado de la objetivación
de un hecho subjetivo, es poner de manera magnifica un hecho subjetivo y
trasladarlo a la sociedad toda como un tema único.
Otra de las consignas instauradas de manera
mediática sin mayor sustento es la palabra “Dictadura”. No hay mucho qué decir
sin ser redundantes. Pero si, podemos decir que quienes trabajan continuamente
en la imposición temática, saben muy bien qué es una dictadura, por eso mismo
lo hacen, porque saben que pueden hacerlo sin ningún inconveniente, sin que
nadie les diga nada, hacen uso, como corresponde, de la libertad de expresión,
algo impensado en tiempos dictatoriales en los que ellos prefirieron estar del
lado opresor.
En el 13S y el 8N, una de las expresiones
mas escuchadas era la imposibilidad de comprar dólares. La adquisición de
moneda extranjera pertenece una clase media alta y alta. Pero lo mas llamativo
sobre la situación, es que mucha gente que no compra dólares, no pensaba
comprar dólares en el corto plazo y tampoco estaban en sus planes y
posibilidades viajar al exterior se mostraba molesta por la medida. Es como que
una persona soltera, sin hijos sienta de manera directa el aumento de los
pañales. Esto tampoco es solidaridad con aquellos que tienen hijos, es
imposición de un tema, es la inoculación de un no problema como conflicto a resolver.
No me corran con casos como “Mi hermana compra pañales y….” No me refiero a
esos casos.
3-
El Periodismo Ombligo: El debate en el
que solo participan aparentemente dos
sectores que comparten todo, es decir en vez de ser un debate es una especie de ombliguismo. Todos mirando el mismo
ombligo. No hay dos sectores.
Es una práctica habitual en todos los
medios, pero el ombliguismo reinante lo manejan los medios hegemónicos,
aquellos de los que hablé en el punto 1.
Las charlas debates presentadas como una
invitación a la apertura, a todas las voces, a la idea de “aquí todos hablan”,
resultan slogans publicitarios o frases cortas de promoción como “Periodismo
Independiente”. Independiente de qué? Es la pregunta obligada.
Entonces, la instalación del titular, la magnificación temática, la generación de
problemas que no existen para ciertos habitantes y la práctica del ombliguismo,
arrojan como resultado ni mas ni menos que pancartas y consignas que incluso
van en contra del sector que las porta.
Claro, que la historia mas reciente de
nuestro país incluye a tantos sectores, grupos mediáticos, empresas y
profesionales que si las practicas periodísticas encuentran fundamento en un
temario sensato y un análisis medianamente profundo, las pancarta y consignas
irían en contra de quienes hoy manejan la agenda mediática.
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