domingo, 21 de abril de 2013

Instalación, Magnificación y Ombligo.





Por Pablo Vazquez

Un cacerolazo mas, si la memoria no me falla fue el cuarto.
En el primero fueron unas tibias cacerolas que se hicieron sentir en Belgrano, Palermo, Recoleta y algún otro barrio. Débiles sonidos productos del choque entre utensilios de cocina.
Luego el 13 S (13 septiembre) aumentó la participación de ciudadanos, lo mismo el 8N. Entre éstos tres primeros podemos dar testimonio que la participación fue mayor comparando uno con otro.
El 18 A (18 abril), no me consta si la participación fue mayor o menor que el anterior, pero sí, ésta vez fueron un poco más moderados. Había carteles de molde, supongo difundidos por internet. Otros con mucha producción y muy pocos que se asemejen a la violencia que expresaban en  otras protestas. Claro que había algunos, pero no eran mayoritarios.
Sí, muchas de las pancartas contenían frases de titulares de diarios. Los manifestantes se hicieron eco, no solo en éste, sino también en los anteriores cacerolazos, de consignas vacías conceptualmente, propias de la estructura de un titular mediático, un video graph etc.
No pretendo con esto, desmerecer o poner en un lugar de despreciabilidad a ciudadanos que en su justo derecho sale a la calle a manifestarse, sino a 3 puntos que creo son el origen de ciertos enunciados:
1-      Instalación del Titular: El temario de grupos  mediáticos llega a millones de habitantes, en diferentes formatos, estilos y géneros. El eje es el mismo.  Es claro que en la práctica periodística, siempre los temas son tratados de manera superficial. Los tiempos y lo formatos no permiten profundizar demasiado, por cuestiones de tiempo, espacio e intereses. De aquí resultan consignas, titulares, frases en negrita. La instalación de la agenda es la primer búsqueda, luego la de frases cortas con verbos en presente o que representen una cercanía temporal inmediata, luego el trabajo de repetición hasta lograr que una parte de la ciudadanía se haga eco. Este eco, tiene el mismo contenido pensado, armado y distribuido por ciertos medios. He aquí los escritos de algunas de las pancartas que portaban asistentes del 18A.
Pero tampoco hay que pensar que siempre el resultado es éste. Me refiero que los tiempos y espacios que los medios tienen para desarrollar un tema, sino que en base a esas características, las búsqueda es el vaciamiento, la confusión y la instalación de la distorsión como verdad única e indiscutible.

2-      La Magnificación y la inexistencia:  Otro  punto, muy  importante es la generación de un problema a la audiencia, un problema del que no se tiene conciencia, un problema que no existe y en todo caso una magnificación tal que a nivel social genere una postura irracional en cuanto al análisis del tema.  La inseguridad podría ser uno, si bien la inseguridad existe, la repetición y magnificación, hace que personas que no han sufrido ni un solo hecho delictivo tomen historias particulares, apropiarse de ellas, sufrirlas y transmitirlas como propias. Este resultado no tiene nada que ver con la solidaridad al vecino, sino que es el resultado de la objetivación de un hecho subjetivo, es poner de manera magnifica un hecho subjetivo y trasladarlo a la sociedad toda como un tema único.
Otra de las consignas instauradas de manera mediática sin mayor sustento es la palabra “Dictadura”. No hay mucho qué decir sin ser redundantes. Pero si, podemos decir que quienes trabajan continuamente en la imposición temática, saben muy bien qué es una dictadura, por eso mismo lo hacen, porque saben que pueden hacerlo sin ningún inconveniente, sin que nadie les diga nada, hacen uso, como corresponde, de la libertad de expresión, algo impensado en tiempos dictatoriales en los que ellos prefirieron estar del lado opresor.
En el 13S y el 8N, una de las expresiones mas escuchadas era la imposibilidad de comprar dólares. La adquisición de moneda extranjera pertenece una clase media alta y alta. Pero lo mas llamativo sobre la situación, es que mucha gente que no compra dólares, no pensaba comprar dólares en el corto plazo y tampoco estaban en sus planes y posibilidades viajar al exterior se mostraba molesta por la medida. Es como que una persona soltera, sin hijos sienta de manera directa el aumento de los pañales. Esto tampoco es solidaridad con aquellos que tienen hijos, es imposición de un tema, es la inoculación de un no problema como conflicto a resolver. No me corran con casos como “Mi hermana compra pañales y….” No me refiero a esos casos.

3-      El Periodismo Ombligo: El debate en el que solo participan  aparentemente dos sectores que comparten todo, es decir en vez de ser un debate es una especie  de ombliguismo. Todos mirando el mismo ombligo. No hay dos sectores.
Es una práctica habitual en todos los medios, pero el ombliguismo reinante lo manejan los medios hegemónicos, aquellos de los que hablé en el punto 1.
Las charlas debates presentadas como una invitación a la apertura, a todas las voces, a la idea de “aquí todos hablan”, resultan slogans publicitarios o frases cortas de promoción como “Periodismo Independiente”. Independiente de qué? Es la pregunta obligada.
Entonces, la instalación del titular, la magnificación temática,  la generación de problemas que no existen para ciertos habitantes y la práctica del ombliguismo, arrojan como resultado ni mas ni menos que pancartas y consignas que incluso van en contra del sector que las porta.

Claro, que la historia mas reciente de nuestro país incluye a tantos sectores, grupos mediáticos, empresas y profesionales que si las practicas periodísticas encuentran fundamento en un temario sensato y un análisis medianamente profundo, las pancarta y consignas irían en contra de quienes hoy manejan la agenda mediática.


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