domingo, 14 de octubre de 2012

El Monstruo que los devora.





El 13 de septiembre fue el último cacerolazo chic  y hace unos días en la redes hablan del 8N, de invertir los términos estaríamos hablando de un teléfono celular, pero no. El 8N es el 8 de noviembre, día en que una parte de la población ejercerá su libre derecho a la protesta, tal como lo hicieron hace un mes.
Tal como viene la cosa, creo que sucederá lo mismo que pasó el 13S. No hay líder político que pueda capitalizar la protesta, ni una imagen que logre aglutinar a los nuevos caceroleros.
Siempre es bueno que el pueblo se exprese, que salga a la calle libremente. Nadie en su sano juicio puede enojarse por esto en un  contexto democrático.  Estas protestas callejeras de alguna manera tiran por la borda lo que muchos medios han instalado sobre los límites de la libertad de expresión. Los mas curioso es que quienes han trabajado sobre esa  teoría y la han repetido hasta instalarla en una porción de la sociedad, se vieron imposibilitados de hacerse eco de forma literal del discurso que portaban los nuevos caceroleros, no por apoyo al gobierno, sino porque el monstruo que alimentaron se les escapo del corral, al punto que prefieren no citarlo.
Otro de los argumentos que tomaron mayor relevancia fue la idea de la espontaneidad. Resulta que esto es un valor que está por encima de la organización. De la manera que  fue planteada, no lo es, aunque creo que la espontaneidad en este campo nunca será mas valiosa, políticamente hablando, que la organización. Simplemente, porque  la voluntad ausente de liderazgo, desvanece las fuerzas y la falta de un discurso representativo diluye el espíritu de la protesta, la dispersión siempre debilita.  Como ejemplo podemos citar el 2001. El pueblo en su gran mayoría a lo largo y a lo ancho del país salió a la calle a protestar, el  discurso era uno solo, ambiguo y amplio, “que se vayan todos”. Claramente esto expresaba un descontento general  con la situación económica del país y la dirigencia política que gobernaba el hacía más de 10 años. Justamente la falta de un liderazgo hizo que los mas fuertes tomen la posta y que el gobierno nacional quede en manos de aquellos que  mucho habían colaborado con el desguace del estado, el desgarramiento de las tramas sociales, el  desempleo, un crecimiento inédito pobre e indigencia  y tantas otras consecuencias que aun hoy estamos padeciendo.  Quienes se disputaron la presidencia no fueron ni mas ni menos que Rodríguez Saa, De la Sota y Duhalde.
A pesar de las acusaciones constantes sobre las restricciones de la libertad de expresión, las prensa opositora al gobierno, no se priva de nada. Parte de los habitantes de este país, ya sea grande o pequeña, se manifestaron en repudio a un “algo” que evidentemente los incomoda.
Digo algo porque no  queda claro cuál es  el eje de la protesta. Si uno escucha a las personas entrevistadas, podríamos decir que fue contra todo, si se leen algunas publicaciones en las redes sociales el todo es mas  variado, pero nunca unificado. Los temas que  nombran  los nuevos caceroleros, son la imposibilidad para comprar  dólares sin ningún tipo de restricciones, ni siquiera las impositivas y la inseguridad. Algunos mencionaron una prohibición para  viajar al exterior, cosa que no es cierta. Aunque el mensaje mas escuchado fue bastante mas terrible.
Desde los sectores de la oposición aun no han alzado las banderas del 8N. Saben que representatividad en esos sectores, está muy dividida antes los personalismos que presentan como sectores políticos.
De sumarse a sus espaldas a los caceroleros lo único que harían es dividir a la multitud y eso no les favorece para la construcción de un escenario caótico en el imaginario de la sociedad. Por otro lado, tampoco creen conveniente sumarse a los gritos de este grupo, ya que quedarían salpicados por conceptos antidemocráticos y deleznables, que en algunos casos van en línea con sus mas profundas convicciones, pero en el mapa de la democracia les juega totalmente en contra. Este imaginario caótico, puede jugar en contra del oficialismo, pero la polarización y las mezquindades políticas opositoras nunca podrán capitalizarlo, de mantener la división que hoy tiene y que por cierto, es tan clara que Hermes Binner, aseguro que jamás podrían acercarse al Pro, ya que sería juntar el agua y el aceite.
Por otro lado desde la UCR, Alfonsín, reniega todo el tiempo contra el partido macrista que intenta seducir a dirigentes de su partido para que vistan las camisetas amarillas, el resto de las fuerzas tienen tan poco caudal de votos que se suben a cualquier bondi que les asegure mantener su 2 o 3% se representación.
En definitiva, esta situación no favorece a nadie, o en todo caso al oficialismo, que posiblemente haya bajado su imagen, popularidad etc., pero la oposición es tan débil y poco inteligente que aun acoplándose a estas protestas activamente desde la política no lograran un apoyo cuantitativo que les permita proyectar un futuro  mucho mejor a lo logrado en las elecciones del 2011.
Pero claro, para el 2015 falta mucho, pero hay que estar atentos, porque todos tienen su peina en las manos para la foto, pero son tantos que no entran en el cuadro o bien se los verá borrosos por la lejanía del enfoque.

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